Un año después de la apuesta entre don Juan Tenorio y don Luis Mejía, ambos se presentan en la taberna de Buttarelli, allí, cada uno le contará al otro, cuantas han sido sus maldades, engaños y lujurias. Pero la conversación no es privada, en la misma taberna se encuentras don Diego, padre de Don Juan, y Don Gonzalo, padre de Doña Inés, con quien Don Juan está prometido desde hace tiempo. Finalmente la apuesta la gana don Juan, pero don Luis muy satisfecho, le replica que él pronto se va a casar. Don Juan sin pensarlo dos veces, decide apostarse su propia vida, a que antes de la boda, hará impura a doña Ana, prometida de Don Luis.
Al escuchar tal barbaridad, don Diego y Don Gonzalo, le recriminan a don Juan que es un hombre miserable y ruin. Y don Gonzalo descompromete a doña Inés. A lo que Don Juan responde, amenazando con secuestrar a doña Inés del convento en el que se encuentra.
Tras firmar la apuesta, ambos son detenidos, a causa de la denuncia que ha puesto el otro. Poco después ambos son puestos en libertad.
Nada más salir, don Luis, es precavido, y advierte a Pascual, criado de doña Ana, de las intenciones que tiene Tenorio.
A su vez, Don Juan, comienza a preparar su
hazaña, va a hablar con otra de las criadas de doña Ana, para que le consiga una llave del aposento de esta, a cambio de unas cuantas monedas de oro, mientras, Ciutti distrae a Don Luis. Entretanto, en el convento, Brígida, criada de Doña Inés, enamora a esta de Don Juan.
Esa misma noche, Don Juan se infiltra en el convento, allí se presenta ante Doña Inés, que al ver a su amado se desmaya. Entre Brígida, Ciutti y Don Juan, llevan a Doña Inés a la casa de Tenorio. Nada más aposentar a la secuestrada, Don Juan parte a casa de Doña Ana, que haciéndose pasar por Don Luis, la hace impura.
Después, vuelve a su casa, donde despierta Doña Inés y puede declararle su amor verdadero, pero son interrumpidos por Don Luis, que pretende matar a Don Juan, al momento llega Don Gonzalo, reclamando a su hija. Don Juan le confiesa el amor verdadero que siente hacia su hija, pero Don Gonzalo no le cree, y decide arreglar el problema en un duelo. Finalmente Don Juan Mata a Don Luis y a Don Gonzalo, poco después del asesinato, llegan los alguaciles, y Don Juan huye a Italia junto con Ciutti.
Después de cinco años, Don Juan regresa a Sevilla. Al llegar a su antigua casa, descubre un panteón, en el que está enterrada Doña Inés. Allí se encuentra con un escultor, que le relata la trágica muerte de la joven, que murió a causa del desamor, al ver que su amado la había abandonado. Al marcharse el escultor del panteón, de la lápida de Doña Inés, aparece una sombra, que le comunica a Don Juan, que si con ella desea estar para toda la eternidad, debe arrepentirse de sus pecados.
Pero don Juan cree que tan solo ha sido un sueño. Esa noche invita a cenar a su casa a sus amigos, el capitán Centellas, Don Rafael y al difunto Don Gonzalo para demostrarse a si mismo que no existen los fantasmas. Y así lo hace, don Gonzalo se presenta a la cena, hace que se desmayen los invitados y advierte a don Juan que es su última oportunidad para arrepentirse. Al despertar Centella y Rafael se enfrentan a don Juan, que acaba muerto. Una vez muerto se le vuelve a aparecer Don Gonzalo, que pretende llevarle con él al infierno. Pero en ese momento doña Inés, le coge de la mano y hace que sus pecados sean perdonados, para que así los dos puedan estar juntos durante toda la eternidad.
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